Capítulo I: Nuevos compañeros
Capítulo II: Trabajo de la discordia
Capítulo III: Día de trabajo
Capítulo IV: Una ingrata exposición
Capítulo V: ¿Amor a primera vista?
Capítulo VI: Los Talleres
Capítulo VII: Entre estoques y un amor
Capítulo VIII: Diseñando
Cap. IX: Luces, cámara, acción
Capítulo X: Creando una ilusión I
Capítulo XI: Creando una ilusión II
Capítulo V: ¿Amor a primera vista?
Capítulo VI: Los Talleres
Capítulo VII: Entre estoques y un amor
Capítulo VIII: Diseñando
Cap. IX: Luces, cámara, acción
Capítulo X: Creando una ilusión I
Capítulo XI: Creando una ilusión II
Días después de los recientes acontecimientos de nuestros queridos personajes, Carlos decide que seguir el consejo de su prima Rebecca, tenía que pedirle una cita a Joselyn, pero no sabía cómo, por lo cual decidió preguntarle a su mejor amigo.
“Fernando, ayúdame maricón” – Le susurró al oído – “Dime zorrita, ¿Qué pasó?” – Preguntó extrañado Fernando –“Quiero invitar a Lyn a una cita, pero ¿ Cómo se lo digo?” – Preguntó Carlos algo preocupado, Fernando tomó aire profundamente – “Olvidaste a Marina, ¿No?” – Preguntó – “Creo que sí, pero quiero conocer mejor a Lyn para estar seguro en lo que me estoy metiendo” – Contestó Carlos.
“Bueno, lo mejor creo que sería que le hables cuando este sola, quizás con Pacho, Kelly o Javier, haya problemas, pero con Marina y su grupito, fácil que si los habría…” – Dijo Fernando – “¿Por qué, eh?” – Preguntó Carlos – “Claro pues imbécil, ¿Acaso no recuerdas que antes estaban peleadas por ti? ¿Quieres hacerle problemas a Lyn?” – Contestó sin pensar Fernando, Carlos respiró profundamente -“Tienes razón, es mejor que le hable cuando esté libre” – Dijo.
Eduardo se encontraba algo temeroso, él no tenía muchos amigos, Carlos se encontraba algo lejos de su asiento y quería soltarse. “Julio” – Dijo Eduardo – “¿Qué pasó?” – Respondió Julio, Eduardo temeroso pregunta –“Po… ¿Podrías aconsejarme?” – Tartamudeaba Eduardo – “Pues claro, ¿Qué paso?” – Preguntó Julio intrigado.
“Ehm… Bueno, conocí a una chica llamada Naty, es creo un año menor que nosotros…” – Relató Eduardo con algo de vergüenza – “Naty… Creo que ya sé quién es, es una chica que vive por tu barrio, ¿no?” – Preguntó Julio – “Si, la otra vez saliendo de mi taller, la acompañé a su casa” – Respondió Eduardo – “Genial Eduardo, vas bastante bien” – Le contestó Julio dándole unas palmadas en su espalda.