sábado, 20 de septiembre de 2014

La biblioteca de Orión: El retorno del Anfiteatro

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La biblioteca de Orión: El encuentro entre Isis y Arlequín
Isis

Después de un gran silencio entre ambos noté a Arlequín que estaba mirando al mar.

-Arlequín - le dije - ¿Recuerdas lo de tu viejo anfiteatro? ¿Por qué no vuelves a abrirlo? - Le pregunté sonriente.

Arlequín, se levanto de aquél asiento de piedra y con un gesto llamó "Sombra", su mascota


"Sombra" salió disparada; llevaba consigo una pequeña nota y la dejó caer sobre mi mano derecha.


"Querida Isis, agradezco enormemente tu interés en la re-apertura de mi anfiteatro, pero desgraciadamente no hay público dispuesto a escuchar lo que tengo que decir, la tecnología, los placeres vanos, como ver la televisión o navegar en Internet sin un fin positivo, hacen que de una u otra forma no tenga interés en poder seguir haciendo grandes charlas para que la gente pueda enterarse de algunas realidades de lugares muy lejanos o tan cercanos a su realidad, sé que Gala ha cuidado muy bien de mi anfiteatro, pero lamentablemente no estoy motivado para volver a aparecer en público, después de tantos años en el exilio buscando entre los libros viejos y agrestes un lugar de placer para mí lejos de este mundo tan inhumano e inculto"

Me sorprendí ante tal nota: -Arlequín, creo que deberías intentar una vez más, relanzar tu anfiteatro, pero esta vez, quiero apoyarte. -Contesté firmemente al autor.

Isis - me dijo Arlequín agarrándome mi mejilla con su guante blanco.-El anfiteatro fue una parte de mi vida, y creo que no quiero volver a ella así sin más, si quiero volver a lo de antes, tiene que ser a lo grande. Sé que Gala me ha contado que aún hay visitantes preguntando por mí, pero a veces pienso que eso no es del todo suficiente. - Suspiró.

Arlequín, yo haré lo que sea por escuchar uno de tus discursos, eres un gran escritor, y sé que eres una maravillosa persona, no te dejes vencer en un momento como este, cuando hay futuros aspirantes a esta gran organización como lo es tu biblioteca y tu anfiteatro, no deberías dejar que el Internet, o la TV, sean más fuertes que tú, tú eres un gran hombre, y se que vales muchísimo más que todas esas sandeces juntas. - Respondí enfáticamente.

Arlequín se quedó callado momentáneamente y luego silbó fuerte, de pronto se escucho un ruido, como el de un corcel, y sí, era un gran caballo negro, que venía a toda velocidad.


-Te presentó a "Tormenta" mi corcel - Respondió Arlequín.

Yo estaba asombrada, era un caballo precioso, uno de los más bellos que había podido ver frente a mis ojos.

Isis, tus palabras me han motivado, y agradezco tú gran interés para volver a hacer algo que siempre he amado hacer. - Dijo Arlequín en un tono muy agradable.

¡Sube! - Exclamó, yo subí como pude pero me logré poner cómoda. Y fuimos directamente al pueblo.

A medida que pasaba el corcel negro, por cada persona que nos veía, caía en sus manos una especie de sobre, la cual, supongo yo, que era una invitación para lograr ir al anfiteatro. Era mi primera vez en un caballo, y la estaba disfrutando al lado de la mejor persona con la que pude estar en mi corta vida. Veía a la gente reaccionar ante tal noticia.

¡El anfiteatro regresa! - Gritó un hombre - Arlequín ha vuelto - Grito una mujer con su niño en brazos. La felicidad había regresado a mi pueblo, estaba con lágrimas en los ojos, porque por primera vez en mucho tiempo, había visto algo que nos uniera a todos como una sociedad y no ser excluidos por temas de educación, dinero u otra cosa.

Después de recorrer el pueblo, Arlequín me pidió que le ayudará a hacer unas modificaciones al lugar, para tenerlo listo lo más pronto posible, yo acepté a cambio de que me diera un asiento especial. El aceptó y empezamos la remodelación .

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