lunes, 8 de septiembre de 2014

Diario de un escolar: Capítulo X: Creando una ilusión I

Capítulos Previos

Capítulo I: Nuevos compañeros
Capítulo II: Trabajo de la discordia
Capítulo III: Día de trabajo
Capítulo IV: Una ingrata exposición
Capítulo V: ¿Amor a primera vista?
Capítulo VI: Los Talleres
Capítulo VII: Entre estoques y un amor
Capítulo VIII: Diseñando
Cap. IX: Luces, cámara, acción




“¡Chicas! ¡Qué gusto verlas!” – Exclamó Marina abrazándolas a sus amigas– “¡Vamos Marina! ¡Solo pasaron quince minutos desde que terminó la última clase!” Respondió Joselyn.

El grupo se rió y de pronto Laura señaló a una chica que subía por las escaleras – “Chicas… ¿A ella no la conocemos?” A lo que Marina añadió – “Se me hace familiar…”

Joselyn se dio una palmada en la frente –“Ella es la hermana de Eduardo, es Sara, ¿No recuerdan el día que charlamos todas juntas?” –“¡Ahhh!” – Exclamaron las demás.

Sara se veía desorientada, pensó que encontraría a Ricardo, pero no lo vio por ningún lado. “Qué lástima, seguro no está en esta clase…” pensó apenada – “Al menos no veré a Vladimir… Eso espero…” Pensó esperanzada.

“Chicas, una de nosotras tendrá que salir del grupo, la profesora trabaja con un máximo de 3 personas por grupo.” – Dijo Laura al grupo. Joselyn se ofreció pues quería acompañar a Sara, las demás no se hicieron problemas y la dejaron ir.

“Me parece considerada con la nueva” – Dijo Marina – “Si pensé que era una pendeja o algo similar” – Añadió Samantha.

Joselyn se le acercó a Sara y la saludó con un beso en la mejilla – “Creo que no tienes grupo… ¿Te parece si nos juntamos?” Preguntó Joselyn – “Si claro, que considerada, gracias” – Respondió Sara buscando una mesa.

La profesora entró a clase – “Buenas tardes alumnos” – saludó la profesora, los alumnos se pusieron de pie devolviéndole el saludo.

Sara se veía distraída, miraba a la ventana de su derecha buscando a Ricardo. “Sara, ¿sucede algo?” preguntó Joselyn. Sara suspiró y le contestó “Nada Lyn (Joselyn)” – Joselyn la miró extrañada e insistió “No me parece Sara, creo que sucede algo… ¿Tienes problemas en casa o con tu hermano?” Preguntó – “No Lyn, afortunadamente no hay problemas” – contestó Sara suspirando – “Pero Sara, ¿Por qué estas tan rara? – Volvió a insistir Joselyn – “Conocí a alguien, es un buen chico, pero quería verlo hoy” – Respondió Sara mirándola a los ojos.

“Oh, me alegro que hayas conocido a un buen chico” – Dijo Joselyn sonriéndole “Es más, traje ropa para cambiarme, quería salir con él” – Dijo Sara mostrando su mochila – “¡Wow!” – Exclamó Joselyn entre risas, Sara empezó a reír, la profesora al notar esto levantó la voz –“A ver jovencitas, atiendan a la clase o cuéntenme el chiste que me quiero reír yo también”

Todos en el salón se ríen, Sara y Joselyn se avergonzaron, pero pasaron unos minutos y volvieron a charlar – “Y… ¿Como se llama?” – Preguntó Joselyn – “Se llama Ricardo Sánchez, es lindo, atento y muy caballeroso” – Dijo Sara suspirando – “Ricardo Sánchez está en esta clase” – respondió Joselyn – “¿¡En serio!?” – Exclamó Sara – “Si, él es un buen chico, él me anda ayudando con lo mío y Carlos” – Respondió Joselyn algo avergonzada.

“Oh, ¿Pero te dijo que iba a venir?” – Preguntó Sara – “En realidad me dijo que iba a esperar a alguien hoy, pero no sé si serás tú, no le pregunté” – Respondió Joselyn. Sara se ofuscó– “Ojalá sea yo…” – Dijo entristeciéndose – “Nadie me quiere porque no soy acomodada” – Añadió Sara poniéndose triste – “Sara…” – Dijo Joselyn, pero Sara la interrumpió (interrumpió) y continuó – “No sabes lo horrible que es ser humilde y no encontrar a alguien que solo te quiere por cómo eres, a veces los ricachones solo se fijan en cuanto tienes para pensar sobre ti.”

“Sara, Ricardo va a venir, mejor sería que hablaras con él, sabes, me pareces muy atractiva y yo sé que encontrarás a un chico que te valore y que te quiera por lo que eres” – Dijo Joselyn acercándose a Sara y la abrazó – “Gracias Lyn” – Dijo Sara devolviendo el abrazo.

“Oye, ¿Qué le pasa a Sara?” – Preguntó Marina –“Creo que se puso depresiva, pero Joselyn la abrazó y parece que se calmo” – Respondió Laura – “Sabes, la juzgue mal, ella tiene un gran corazón…” – Dijo Samantha – “No me hagas sentir culpable…” – Respondió Marina, Laura contestó, “Déjate de tonterías, no se puede llorar sobre la leche derramada, ahora es nuestra amiga y eso es lo único que importa.”

Después de clase

“Chicas, ¿Vamos al paradero?” – Dijo Laura – “Esperemos a Lyn” – Respondió Marina – “Si, mientras yo voy al baño” Dijo Samantha corriendo a los servicios.

“Sara, ahí está Ricardo” – Dijo Joselyn señalando a la puerta principal – “Si, pero no sé si verlo…” – Respondió Sara con algo de fastidio – “Nada pierdes intentándolo” – Contestó Joselyn – “Te tengo que dejar, me esperan” – Añadió y se despidió con un beso en la mejilla de Sara y fue donde sus demás amigas.

Sara salió Ricardo no la vio, Sara bajó por las escaleras y decide irse por la puerta auxiliar y no por donde estaba Ricardo – “¿A quién esperabas? ¿No era a mi verdad?” – Preguntó Sara –“En realidad… Si te estaba esperando…” – Respondió Ricardo con voz decreciente, Sara se sorprendió y levanta la cabeza.

“Bueno, no quería ir a clase hoy, pero me enteré por un amigo tuyo que estas en este curso” –Dijo Ricardo, Sara pensó rápidamente y se dijo a sí misma “Seguramente fue Carlos…” – “Bueno Sara… yo…” Dijo Ricardo empezando a titubear.

Sara se dio la vuelta y preguntó: “¿Qué pasa?” – “Yo… yo… no se… como decirlo…” Empezó a titubear Ricardo, Sara miró a Ricardo fijamente – “¿Qué pasa Ricardo?” – Preguntó –“Yo… yo… como decirlo…” respondió Ricardo muy avergonzado. Sara le dijo “Dime, te escucho” – “Bueno, quería preguntarte si querías tener una cita conmigo – Respondió Ricardo firmemente.

Sara se sorprendió “¡Oh!” – Exclamó – “Bueno, mira que coincidencia traje ropa más cómoda para cambiarme… ¿Me esperas y vamos?” Preguntó Sara – “pero antes déjame llamar a mi mama para avisarle que voy a llegar tarde…” – Dijo Sara un poco ofuscada.

“Te doy mi teléfono, llámala de aquí, tómate tu tiempo” – Dijo Ricardo entregándole su celular. Sara le avisó a su madre que iba a salir, su madre no le hizo problemas, pero le pidió que alguien la acompañara. Sara le respondió a su madre que podía llegar sola, pero su madre insistió, Sara resignada tuvo que preguntarle a Ricardo algo avergonzada “¿Podrás acompañarme a mi casa Ricardito? Mi mamá me lo pide…” Ricardo sin pensar respondió “Por supuesto, no quiero que te pase algo Sarita” – “Si mami, me acompañaran” – Dijo Sara a su madre. “Listo hija, diviértete, nos vemos en la noche” – Se despidió la madre de Sara y cortó la llamada.

“Listo Ricardo, pero no te preocupes puedo irme sola” – Dijo Sara despreocupada, Ricardo le contesta acomodándose su camisa “Sara, no me importa donde vivas, yo te acompañaré sea donde sea” A Sara le gustó como lo dijo Ricardo y se empezó a sonrojar “Vamos Ricardo…” Dijo Sara saliendo con él, “Oh, espera, me cambio y nos vamos, que si me quedo con el uniforme me puedo meter en un lío” dijo Sara dirigiéndose al baño a cambiarse.

“Sara… no sabes lo especial que eres para mí…” – Pensó Ricardo – “Espero que te guste el sitio donde te voy a llevar…” – Pensó mientras revisaba la hora en su reloj. Unos minutos después sale Sara, bien arreglada como para una cita romántica, y ambos jóvenes se van de la escuela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario