sábado, 8 de marzo de 2014

Diario de un escolar Cap. VI: Los talleres




Pasado el incidente de Eduardo y Vladimir, unos días después se inauguraron talleres recreativos para los alumnos, para que pudieran desarrollar actividades deportivas o culturales en horario extracurricular.

Esa mañana la directora Gutiérrez indicó a los alumnos que habría un panel con los horarios de dichas actividades. Dicho sea de paso, los alumnos solo se agruparán en bloque, no habrá diferenciación con respecto a aula y sección.

Dicho esto Marina, Joselyn, Samantha y Laura se acercan a escoger sus cursos. “Hey chicas, los cursos se ven interesantes. ¿Qué elegimos?” – Preguntó Laura.

“Yo me meteré a Vóley, arte y natación” contestó Samantha. “Bah, entonces yo te acompaño a arte, pero me meteré a básquet, oratoria y música.” – Replicó Laura.

“No pues chicas, hay que estar juntas” – Reprochó Marina al grupo – “En fin, si lo ponen así yo me iré a baile, canto, pero quiero estar en básquet con Laura y en arte con ustedes” – Añadió Marina.

“Bueno, por si me lo preguntan yo me iré a arte con todas, pero me iré a esgrima, fútbol y música” – Respondió Joselyn al grupo.

“Ósea, yo soy la que elige arte y todas se copian, ¡No pues!” – Reprochaba Samantha. A lo que Marina contesta: “¡Já! Ahora nos dice copionas, mírala no más” Joselyn añade: “¡Por favor! ¡Estaremos juntas pero no revueltas!” dicho esto el grupo de chicas se ríe a carcajadas y se van entre risas a matricularse.


Eduardo y Sara se encontraban libres así que acompañaron a Carlos a elegir sus talleres.

“Sabes…” – Dijo Sara – “No soy muy fanática de venir a la escuela después de clases, pero creo que esto merece la pena” – Añadió. “Si Sara, en los talleres conoces gente de otras aulas y los profesores son muy buenos” – Le respondió Carlos. De pronto una voz dice “Si Carlos, en especial la clase de fútbol” Los 3 jovencitos se voltean y se dan cuenta de que era Fernando, el mejor amigo de Carlos.

Luego de que Fernando y Sara se presentaran mutuamente, siguieron con la conversación.

“Este… Creo que me iré a teatro… a fútbol… música… y arte” – Dijo Eduardo Titubeando en su respuesta.

“Tranquilo hermanito, recuerda que no ponen nota en estos cursos, así que respira hondo y relájate” – Le dijo Sara poniéndole su brazo en su hombro izquierdo.

Carlos se detuvo a ver detalladamente los horarios y dijo: “Sabes Eduardo, yo te acompaño a fútbol, a teatro y música, pero ya quedé con Joselyn en acompañarla a esgrima” e inmediatamente Carlos sacó una libreta para anotar los horarios de los cursos.

“Caray, ahora me dejas desplazado, después de que te di los mejores años de mi vida, me traicionas…” Dijo Fernando entre risas. El grupo no pudo evitar soltar una carcajada a tan divertida ocurrencia

“Bueno, poniéndome serio” – Dijo Fernando – “Te acompaño a Fútbol, pero creo que esta vez probaré otros talleres, como el de oratoria, arte y básquet.” – Añadió firmemente.

Sara después de ver cada curso detalladamente dijo: “Creo que iré a Vóley, música, arte y danza” Sin pensarlo Carlos le preguntó: “¿Si te gusta arte, por qué no pruebas diseño gráfico? Es un curso bien divertido”

“Hm, tienes razón… Bueno, ¿Vamos a matricularnos?” Preguntó Sara. Entonces Carlos contestó: “Vayan ustedes a matricularse, yo voy a esperar a Sean y a Gabriel, que andan en el baño esos 2…” – Dicho esto se estira un poco para relajarse.

Luego de que Eduardo y Sara, Carlos y sus amigos se matricularan, Carmen y Vladimir se acercan con sus amigos Gerardo y Martha.

“Bueno chicos ¿Qué elegimos?” – Preguntó Carmen. “Ay, lo que sea hija, pero alejémonos de esos mugrosos de Manchay” – Respondió Martha.

“Quienes, ¿eh?” – Preguntó Gerardo – “Del pordiosero y su hermana” – Respondió Carmen. “¡Se llama Sara!” – respondió eufórico Vladimir.

“Oye, tranquilo Vladi”– Respondió Martha, “Desde que te pegaron no has sido el mismo” – Dijo Carmen, “¿Te pasa algo?” – Preguntó Vladimir mortificado.

“Espero no te hayas enamorado de esa plebeya, nos darías una mala imagen” – Respondió Gerardo revisando su correo a través de su celular.

“Es cierto, somos de la alta sociedad limeña, no podemos rebajarnos a algo como ellos” – Dijo Martha.

“Bueno, yo ya tengo mis horarios, esperaba a que los habilitaran, pues casi nunca cambian sus horarios” – Dijo Gerardo que era el que tenía más antigüedad del grupo.

“Yo ya lo pensaré en el transcurso del día…” – Dijo Carmen, “Tranquila Carmen, más tarde yo te ayudo a escoger” – Le dijo Martha recostando su cabeza en el hombro de Carmen como muestra de afecto.

“Yo también, lo pensaré no ando muy seguro” – Dijo Vladimir algo dubitativo – “Bueno, yo iré con Martha a biblioteca, nos vemos al rato” – Dijo Gerardo alejándose con Martha; Carmen y Vladimir se despidieron y se dirigieron al patio principal.

Pero en el camino, Vladimir observó que Carlos hablaba con Sara y justo cuando ellos se separaron, Vladimir decidió ir donde Carlos, pero antes tenía que hacer una coartada para distraer a Carmen. “Oye, voy a hablar con Carlos para que me preste sus cuadernos de matemática.” – Le dijo a Carmen. “Anda, pero no demores” – Respondió Carmen

Vladimir salió disparado hacia donde estaba Carlos y le preguntó: “Carlos, ¿Qué cursos eligió Sara?” – A lo que Carlos le contestó indignado – “Para que te interesa saber, ¿Acaso también la vas a molestar por ser humilde, al igual que a Eduardo?”

Vladimir se quedó mudo, Carlos le contestó algo fastidiado: “Sabes, te lo diría para que recibas tu merecido por bocón, pero no merece la pena, con lo que te hizo Eduardo es suficiente castigo…” – Añade Carlos respirando hondo para calmar su furia.

“Mira Carlos” – Dijo Vladimir sacando un billete de 50 soles de su bolsillo– “Te doy esto si me dices sus cursos” – Añadió.

Carlos se puso frío, puesto que le faltaban 50 soles para comprarse un Nintendo DS que tanto quería.

“Ehm, bueno… pero primero dame el dinero y te digo” – Dijo Carlos; Vladimir le entrega el dinero y Carlos le dice en voz baja: “Esta en Diseño, Vóley, arte, danza y música”

“Listo Carlos, es un gusto hacer negocios contigo” – Dijo Vladimir dirigiéndose a matricular. Carlos se sintió mal por lo que había hecho, pero no pudo resistir la tentación del dinero.

Saludos cordiales

Arlequín Negro

No hay comentarios:

Publicar un comentario