miércoles, 27 de agosto de 2014

¿Por qué no votaré por Castañeda?




Saludos estimados lectores, visitantes y seguidores de "El blog del Arlequín Negro", como siempre me es grato comunicarme con ustedes a través de este pequeño rincón de la web, donde me puedo sentir libre de expresar todo lo que pienso y siento, con respecto al tema de hoy, quería compartir con ustedes, algunas de las razones de porque no voy a votar por Luis Castañeda Lossio en estos comicios a realizarse en Octubre próximo.

Pero Arlequín, ¡¿Por qué no vas a votar por Castañeda después de todo lo que hizo por Lima!?

Esperate un momento... ¿Todo lo que hizo por Lima...?

¡¡Pero por supuesto!! ¿No has visto todas las obras que ha hecho por Lima?

¿Eres de los que dicen que no importa que robe, solo importa que haga obras? ¿Acaso te parece que el Metropolitano es una buena obra?

Pero el Metropolitano...



Una obra super sobrevalorada, mal diseñada (especialmente en Barranco) y encima la Municipalidad tiene que pagarle a los concesionarios de este servicio, porque, léanlo bien ¡¡ESTÁN EN PERDIDA!!

De que sirvió hacer esta "gran obra", además de sobrevalorada, mal diseñada (En Barranco el tramo que podías hacer directamente hacia este lugar era directo, ahora gracias al Metropolitano, tienes que dar varias vueltas para poder llegar al mismo lugar)

sábado, 23 de agosto de 2014

La biblioteca de Orión: Magnus

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La biblioteca de Orión: El inicio
La biblioteca de Orión: Segunda visita
La biblioteca de Orión: Una extraña aparición

Césare

Nunca había despertado en una biblioteca tan peculiar, o tan solitaria, pareciese que sólo las chicas de ayer venían a este lugar olvidado por la humanidad. Al despertar y levantarme, caminé por el gran salón de recepción, pero no estaba nadie, ni la señora Gala; podía tomar lo que quisiera.

Encontré un libro muy antiguo tirado en el suelo sucio del establecimiento, no le di importancia y seguí caminando observando la arquitectura y la forma de los pasillos, las paredes parecían barrocas, adornadas de infinidades de detalles innecesarios, no me gustaba mucho. En uno de los estantes de la biblioteca, encontré un libro escrito por un tal “Magnus”, sólo el nombre, sin apellidos, despertó mi curiosidad y lo abrí, pero tal artilugio estaba tan viejo, que varias hojas se desprendieron de su lomo; revisé la portada del libro, decía en letras grandes “MARTABAT – MAGNUS”, desconocía ambos nombres, debió de ser censurada en tiempos pasados, seguramente.

Volteé y vi a aquel libro viejo en el suelo, mi curiosidad despertó y lo levanté, lo abrí y revisé su primera página.

En ese mismo instante (pensando que leía) entré en un estado de inconsciencia, sentí que estaba en un desierto, con tormentas de arena que golpeaban mi cuerpo y hacían que se balanceara, no se veía nada más que a un caminante y su sombra a pocos metros de mí, el caminaba sin mirar atrás y sin prestar atención a mis llamados, levantaba sus piernas lo más alto para evitar la caída en la inestable base arenosa, intenté correr pero el acto fue fallido, la fuerza de la tormenta me tumbaba y el caminante simplemente, se alejaba de mí.
Me sentí solitario en aquel lugar, y me di cuenta, sólo por un segundo, que no estaba leyendo, estaba sucediendo de verdad; de pronto sentí que me levantaba alguien, vestido de ropas blancas y gruesas y abundantes, y se dirigió a una torre cercana para refugiarnos por el momento.
Al entrar a la torre compuesta de adoquín mohoso, el desconocido me dejó en el suelo, buscó una silla y se sentó al frente mío.

-Toma asiento- dijo con su voz tranquila, inspiraba seguridad.

Me levante y me senté en la silla más cercana, era una torre cerrada, sin ventanas, la arena se metía por debajo de la puerta y ensuciaba (más de lo que estaba) la sala.

-¿Quién eres?- me atreví a preguntarle.

Sin quitarse la capucha, me respondió – Tu salvador, Magnus- recordé el libro de la biblioteca, y saliendo  lentamente de ese estado inconsciente, recobré la memoria, ¡todo era inexplicable!, el hombre aún seguía sentado sin moverse y de una manera extraña, sentía que me observaba de varios lugares.

domingo, 17 de agosto de 2014

Mi experiencia con la "Reforma del transporte"

El famoso corredor "Arequipa - Garcilazo (Wilson) - Tacna



Saludos estimados lectores, visitantes y seguidores de "El Blog del Arlequín Negro", como siempre es un gusto volvernos a encontrar en este pequeño rincón del cyberespacio, el día de hoy he decidido comentarles mi experiencia con los famosos buses azules del llamado "Corredor azul", con lujo de detalles con lo bueno y lo malo de este nuevo sistema de transporte.

En primer lugar cabe citar que los inspectores de transporte como los orientadores, a mi parecer han hecho un buen trabajo "educando" a los pasajeros sobre esta nueva modalidad de transporte, los orientadores respondían preguntas de los usuarios y los inspectores inspeccionaban que los buses se coloquen en el lugar correcto para poder recoger pasajeros.





Valga la redundancia los mismos inspectores se aseguraban que ningún vehículo no autorizado ingrese al corredor para evitar posibles perturbaciones al período de prueba del corredor.

Por ejemplo, uno de los cambios más notorios para abordar este transporte es que la gente no se aloca por subir a un bus, se ordenan en una fila y poco a poco se va subiendo a los buses mencionados, desgraciadamente los mismos pasajeros no avanzan al fondo para que puedan seguir abordando y muchas veces no se respeta una regla básica, que la bajada es por la puerta posterior, más no por la delantera.

Tuve la suerte de viajar en la ruta 301 y 303, ruta troncal y ruta semi-expreso respectivamente y aquí hay varios detalles que se deberían mejorar, por ejemplo se podrían colocar etiquetas de algún color que pueda diferenciar estas rutas, puesto que hay veces en que los paneles luminosos no son lo suficientemente claros para poder distinguir (especialmente en el día).

viernes, 15 de agosto de 2014

La biblioteca de Orión: Una extraña aparición

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La biblioteca de Orión: El inicio
La biblioteca de Orión: Segunda visita


Isis, Riley y Gala.

Isis

Decidí explorar la biblioteca, dejando solas a Riley y a Gala, pero por alguna extraña razón había agarrado uno de los libros con paisajes, uno con un gran acantilado y una vista del sol con el mar de una forma espectacular - Este lugar me encanta, pero siento que la foto se me hace muy peculiar, como si conociera aquel lugar - pensé, de pronto una pequeña hoja de papel escrita con tinta cae, la agarré y decía: "Te estaré esperando en este lugar, apenas salga el sol" - Sabía que era uno de los mentores, pero me preguntaba, ¿quien sería?, ¿que querría? y sobre todo, ¿por que quiere verme?

Mientras me cuestionaba tales interrogantes Riley corría entre los pasillos y encontró unas puertas muy altas y con muchísimos cerrojos y empieza a tratar de abrirlas, pero no podía -¡Abreteeeeeee! - Gritaba Riley, Gala sonríe y va camino a las grandes puertas. Chicas... - Dice Gala - ¿Quieren saber que hay detrás de esas puertas? - Pregunta ella, nosotras asentimos con la cabeza y Gala abre la puerta después de quitar varios cerrojos. Bienvenidas al viejo anfiteatro de Arlequín. - Dice ella y con 2 palmadas ilumina todo el escenario. Ambas quedamos boquiabiertas -¿Qué hace este lugar aquí? - Pregunto Riley... -¡Que hermosos vestidos!- exclamo la como siempre distraída Riley y se fue a verlos mas de cerca. Eran vestidos antiguos, como si fueran disfraces de la época renacentista.


¿Me los puedo probar? - Preguntó Riley tomando un vistoso traje de color turquesa, solté  una carcajada. Gala me mira fijamente y comprendí con su mirada que no debía hacer mucho ruido.
Gala, ¿Qué le pasó a este lugar? - Pregunté extrañada, ella me contesta - Hace muchos años, la ciudad era más poblada y la gente le interesaba culturizarse, Arlequín daba discursos o monólogos con complicidad de algunos actores voluntarios para poder compartir conocimientos con las personas - Gala respira hondo y prosigue - Pero con la llegada de la tecnología como la televisión o el Internet, la gente se embruteció y dejó de lado la cultura, solo para un entretenimiento simple y plano.

Pero todo parece nuevo, ¿por que esta así, si esto pasó hace varios años? - Pregunté muy intrigada. Gala pone su mano derecha sobre mi hombro y me dice - En realidad esta es una pequeña replica del anfiteatro  hecha por Arlequín en persona, donde habitó por un largo tiempo, de hecho aveces pienso que todavía sigue aquí, el anfiteatro original esta un poco más al norte de aquí. Pero me he encargado de que se mantenga en óptimas condiciones pese a los años y al abandono de aquel lugar.

sábado, 9 de agosto de 2014

Diario de un escolar Cap. IX: Luces, cámara, acción



Patio central del Roosvelt
(Clase de teatro)

“A ver muchachos necesitamos hacer las cosas bien para la presentación del día de la madre, ¡Pónganle sentimiento!” – Dijo el viejo profesor De la Vega a su grupo golpeando su bastón contra el suelo. 

“Tú y tú” – señaló el profesor con su bastón a Carlos y a Eduardo – “Veamos que pueden hacer, a sus puestos. Y… ¡Acción!”

“Esto es una ofensa a mi honor, no puedo tolerar una calumnia tan vil como esa a mi persona” – Dijo Eduardo acercando una espada de utilería a la garganta de Carlos – “Usted miente, usted mando a asesinar a mi sobrino, heredero del trono ¡Puesto que usted no estaba de acuerdo con la boda!” – Exclamó Carlos alejando la espada de Eduardo.

“¡Silencio!” – Gritó Eduardo – “¡Esto ha ido demasiado lejos!” – Exclamó – “¡Pagarás las consecuencias por tratar de manchar mi honor!”

“¡Paren” – Gritó el profesor – “Uy, hice algo mal…” – Pensó Eduardo, empezando a ponerse nervioso. “Jovencito Eduardo…” – Dijo el profesor acercándose – “¿Hice algo malo profesor?” – Dijo Eduardo nervioso.

“¿Tú? ¿Mal?” – Se extrañó el profesor – “Tu actuación ha sido extraordinaria, por favor, aplausos para él” – Dijo él empezando a aplaudir.

Todo el mundo le aplaudió, inclusive Carlos, parecía que era otra persona cuando encarnaba al personaje de la obra.

“Alumno Carlos…” – Dijo el profesor poniéndole su mano arrugada en el hombro – “Dígame” – Respondió Carlos– “No lo hizo mal, pero necesitamos más energía, se que puedes mejorar, ¡Animo!” - Respondió el profesor de la Vega animando a Carlos dándole unas palmadas en la espalda.

“Siéntense, vamos a seguir” – Dijo el profesor. Eduardo y Carlos se sentaron pero al primero se le acercaron varios integrantes del grupo de teatro, “Quién lo diría… Eduardo se volvió popular…” Pensó Carlos. 

domingo, 3 de agosto de 2014

La biblioteca de Orión: Segunda visita

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La biblioteca de Orión: El inicio

Isis

Salí emocionada de esa biblioteca, sentí un ambiente mágico, acogedor, y la verdad me pareció una experiencia muy nueva. Llegué a casa esa noche y decidí contarles a mis padres sobre tal biblioteca. -Mamá, papá, encontré un lugar muy hermoso al norte de la ciudad, una antigua biblioteca, con forma de una catedral, muy hermosa, no saben lo linda que era; Mi padre dejando de lado su pipa al igual que su diario me dijo: -Que interesante Isis, esa biblioteca poca gente la va a buscar, tiene 4 mentores muy inteligentes y sería genial que pudieras compartir conocimientos con ellos.

 Mi mamá escuchó la conversación y dejó de lavar los platos para tomarme del brazo y gritarme: -¿¡Qué te has creído jovencita!?, ¡No voy a permitir que vayas a ningún lado así no más!" Dicho esto mi madre se retira de la sala ofuscada, me sentí muy triste pero sabía que quería volver a la biblioteca, quería saber quien era Arlequín, Magnus, Phoenix o Arceus, sabía que alguno de ellos podría ayudarme, y ser una persona más inteligente. Decidí hablar con mi padre a solas, en su oficina, él no se hizo problemas. "Papá quiero buscar a los mentores de la biblioteca" - le dije firmemente mirándolo a sus ojos, el me contesta amablemente: -Persigue tus sueños, yo sé que estas harta de la educación tradicionalista, que solo nos educa para ir a trabajar y generar dinero y bienes materiales, yo creo que lo mejor es que sigas tus sueños, y si eso es lo que deseas, yo te doy el permiso, le diré a tu madre que te llevaré a un internado; Sonreí y abrasé a mi papá entre lágrimas porque sabia que él era el único que me apoyaba con mis sueños.

Decidí llamar a mi amiga Anne Lee, una chica que conocí hace bastante tiempo, ella era huerfána y era mayor que yo, ella era lo que se llamaría "autosuficiente" así que no creí inconvenientes para llamarla y decirle que me acompañara en esta aventura, tomé el teléfono marqué su número: -¿Aló?; pregunté.