sábado, 11 de abril de 2015

La Biblioteca de Orión: La búsqueda de Isis I



Salimos del bosque y el camino se hizo angosto, puesto que sin darme cuenta estábamos escalado una montaña y el paso de esta era bastante angosto, a pesar de ello, Tormenta parecía saber perfectamente el camino, no parecía intimidarse a pesar de lo profundo que era el precipicio que estaba a nuestro lado. El camino que recorríamos parecía haber sido olvidado por la gente, no había asfalto, era todo tierra y rocas, traté de no mirar hacía abajo en todo momento, pero mi miedo cada vez iba aumentando puesto que Tormenta aumentaba cada vez mas su velocidad.

Luego de un rato llegamos a un punto donde no había pase y la única forma de cruzar era saltando dicho espacio, me puse pálida y muy nerviosa, traté de ordenar al caballo que se detenga, pero Tormenta parecía muy dispuesta a saltar ese gran abismo que había, no hacía caso a mis órdenes, mientras que Sombra se había posado en una pequeña rama que estaba colgando unos metros más allá del abismo.

Tormenta saltó, pegué un grito y cerré mis ojos mientras me sujetaba fuertemente del caballo, luego de que sentí que esta tocara tierra firme me logré tranquilizar, Tormenta se había parado justo al lado de Sombra, por lo que deduje que tendría que seguir a pie, me puse a pensar lo peligroso que sería escalar esta montaña, pero la motivación que sentía de ayudar a mi maestro era motivo suficiente como para hacer esta aventura tan osada.
Empecé a buscar algún punto para poder empezar a escalar, pero dicha montaña era tan empinada que no encontraba de dónde poder agarrarme, seguí caminando sin encontrar algún lugar para escalar, sin darme cuenta Sombra se había posado en mi hombro derecho, la verdad, me pareció extraño, puesto que ella debía indicarme el camino, apenas me percaté de esto, el ave empezó a aletear con fuerza cerca a mi bolsillo derecho - ¿Qué intentará decirme? - Pensé, luego de un momento recordé que en ese bolsillo había dejado el pergamino, ni bien me di cuenta, saqué dicho documento y me puse a leerlo.

"El primer objeto que deberéis buscar, es una de las piedras mas brillantes del acantilado perdido, una gema roja que simboliza poder y vitalidad"

¿Piedra roja? ¿Poder y vitalidad? - Pensé muy extrañada - Creí que me iban a decir exactamente que debía buscar, Sombra empezó a trinar, inmediatamente me di la vuelta y empecé a seguir al pajarito.

Sombra volaba lentamente como si supiera que tenía dificultad para pasar este camino tan difícil. Luego de unos 15 minutos de caminata, se posó sobre una rama dónde a su derecha se encontraba un punto de color rojo, muy brillante por cierto - ¡Lotería! ¡Encontré la piedra! - Pensé muy entusiasmada, pero había un problema, ¿Cómo iba a sacar dicha piedra de aquella pared?
Miré a mi alrededor y solo veía varias rocas, pero había una en particular que me llamaba la atención, era una piedra de color negro, pensé que podía usar dicha roca para poder liberar aquella piedra.

Dicho y hecho, el mineral era lo suficientemente resistente para abrir esa pared y lo suficientemente liviano para poder cargarlo, la gema cayó a mis pies, la revisé con detenimiento y me di cuenta que era un rubí, pero era un rubí poco común, muy aparte de su brillo me di cuenta que parecía contener una llama en su interior, como si fuera algo mágico, guardé dicho objeto en uno de los compartimientos de mi mochila y volví con Tormenta. Luego de volver pasar con mucho susto el abismo, Sombra indicaba el camino que debíamos seguir, en búsqueda del segundo objeto de la lista.

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